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MICROBIOTA Y ENDOMETRIOSIS: Salud digestiva más allá de la endometriosis intestinal.

Dentro de nuestro cuerpo, convivimos con billones de microorganismos, principalmente bacterias, que forman lo que conocemos como microbiota. Estos pequeños habitantes, concentrados mayormente en nuestro intestino, desempeñan un papel fundamental en nuestra salud. Influyen en todo, desde nuestra digestión hasta nuestro sistema inmunológico y, como últimamente se ha descubierto, podrían estar relacionados con enfermedades como la endometriosis.


La endometriosis se caracteriza por un desequilibrio hormonal, predominando los estrógenos. Este desequilibrio se produce por una sobreexpresión de enzimas que transforman los andrógenos en estrógenos, lo que incrementa los niveles de esta hormona femenina. Paralelamente, existe una deficiencia en las enzimas encargadas de convertir el estrógeno activo en estrona, un metabolito menos potente, lo que perpetúa el estado de hiperestrogenismo.


Nuestro cuerpo es el hogar de una comunidad microbiana diversa y compleja, conocida como microbiota. Esta comunidad está compuesta por una amplia variedad de microorganismos, incluyendo bacterias, arqueas, virus, hongos y levaduras. El conjunto de genes de todos estos microbios se denomina microbioma. El intestino, especialmente el intestino grueso, es el hogar de la mayor parte de esta microbiota. Este ambiente intestinal proporciona las condiciones ideales para el crecimiento de estos microorganismos, como una velocidad de flujo lenta y un pH ligeramente ácido. La microbiota desempeña un papel crucial en nuestra salud, ayudándonos en la digestión, la producción de vitaminas y fortaleciendo nuestro sistema inmunológico.


Si bien muchas bacterias intestinales son beneficiosas para nuestra salud, no existe una fórmula única para una microbiota intestinal "perfecta". Lo que realmente importa es el equilibrio dinámico entre el huésped y los microorganismos que lo habitan. Este equilibrio, conocido como eubiosis, es esencial para prevenir enfermedades. Cualquier alteración en la composición o función de la microbiota que rompa este equilibrio puede llevar a una disbiosis, asociada a diversas patologías.



Microbioma en la salud
Un microbioma intestinal equilibrado, o eubiosis, juega un papel fundamental en el metabolismo de nuestro organismo. Estas comunidades microbianas sanas influyen en diversas vías metabólicas, contribuyendo a nuestro bienestar. Sin embargo, cuando se produce un desequilibrio en la composición de la microbiota, conocido como disbiosis, esto se asocia con el desarrollo de diversas enfermedades.

La capa de moco que recubre el intestino actúa como una barrera física, previniendo el paso de bacterias a través de la pared intestinal. Las interacciones entre los microorganismos comensales (beneficiosos) y nuestro sistema inmunitario, mediadas por metabolitos como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), son fundamentales para educar a nuestro sistema inmune y mantener un estado de homeostasis.


Sin embargo, cuando se produce un desequilibrio en la composición o función de la microbiota, una condición conocida como disbiosis, se pueden desencadenar una serie de problemas de salud. En la disbiosis, se observa una disminución de la diversidad microbiana y una alteración de las funciones de la microbiota. Esto puede conducir a una pérdida de integridad de la barrera intestinal, lo que permite que los microorganismos y sus productos de desecho pasen al torrente sanguíneo, desencadenando una respuesta inflamatoria crónica.


Este fenómeno se conoce como "intestino permeable". La inflamación crónica, a su vez, se ha asociado con diversas enfermedades, como las enfermedades inflamatorias intestinales, las enfermedades metabólicas y algunas enfermedades autoinmunes.



La endometriosis y la microbiota intestinal mantienen una relación estrecha y compleja. Alteraciones en tu microbiota, o disbiosis, se han vinculado a esta enfermedad inflamatoria crónica. Se cree que la disbiosis contribuye a la endometriosis a través de mecanismos como la respuesta inmune alterada y el metabolismo hormonal desequilibrado.


La microbiota intestinal puede influir en la inflamación sistémica y local, lo que podría exacerbar la progresión de la endometriosis. Además, se ha propuesto que la microbiota intestinal puede afectar el metabolismo de los estrógenos a través del estroboloma, un conjunto de genes microbianos que metabolizan los estrógenos, lo que podría influir en la patogénesis de enfermedades dependientes de estrógenos como la endometriosis.



Metabolismo estrogenos

La microbiota intestinal puede influir en la inflamación sistémica y local, lo que podría exacerbar la progresión de la endometriosis. Además, se ha propuesto que la microbiota intestinal puede afectar el metabolismo de los estrógenos a través del estroboloma, un conjunto de genes microbianos que metabolizan los estrógenos, lo que podría influir en la patogénesis de enfermedades dependientes de estrógenos como la endometriosis.


Esta disbiosis puede contribuir a la progresión de la enfermedad de varias maneras. En primer lugar, al alterar la integridad de la barrera intestinal, permite que sustancias y microorganismos pasen a través de la pared intestinal y entren en contacto con el sistema inmunológico, desencadenando una respuesta inflamatoria. Esta inflamación, a su vez, puede activar a los macrófagos, un tipo de células inmunitarias que contribuyen a la progresión de la endometriosis.


Por otro lado, se ha observado que las lesiones endometriósicas pueden estimular a los macrófagos y activar una vía inflamatoria específica, conocida como eje Th17/IL-22. Esta vía promueve la inflamación crónica y contribuye a la formación de nuevas lesiones endometriósicas.


Sin embargo, no todas las noticias son negativas. Se ha demostrado que ciertos microbios comensales, es decir, bacterias beneficiosas que habitan en nuestro intestino, pueden tener un efecto protector frente a la endometriosis. Estos microbios producen sustancias como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que son capaces de inhibir la inflamación y modular la respuesta inmunitaria.


Los AGCC actúan a través de receptores acoplados a proteína G (GPCR), que son proteínas presentes en la superficie de las células que permiten la comunicación entre las células. Al activar estos receptores, los AGCC inhiben la actividad de las histonas desacetilasas (HDAC), enzimas que regulan la expresión de genes, y activan la proteína RAP1GAP, que tiene propiedades supresoras de tumores.


Estos mecanismos moleculares contribuyen a reducir la inflamación y a prevenir la formación de nuevas lesiones endometriósicas.


Como hemos visto, la endometriosis es una enfermedad compleja que afecta a muchas mujeres. Sin embargo, gracias a la investigación y al creciente conocimiento sobre esta condición, estamos cada vez más cerca de encontrar nuevas terapias y mejorar la calidad de vida de las pacientes.


Recuerda que no estás sola en esta lucha. Informarte, buscar apoyo y cuidar de tu salud son los primeros pasos para tomar las riendas de tu bienestar.


Referencias bibliográficas


The Gut Microbiota: A Double-Edged Sword in Endometriosis. Talwar C, Singh V, Kommagani R. Biology of Reproduction. 2022;107(4):881-901.


Intricate Connections Between the Microbiota and Endometriosis. Jiang I, Yong PJ, Allaire C, Bedaiwy MA. International Journal of Molecular Sciences. 2021;22(11):5644.


Role of the Gut Microbiota in the Pathogenesis of Endometriosis: A Review. Guo C, Zhang C. Frontiers in Microbiology. 2024;15:1363455.

 
 
 

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